En una reunión conjunta de las comisiones de Agricultura y Ganadería, Legislación General y Presupuesto y Hacienda de la Cámara de Diputados de la Nación comenzó formalmente en la semana que pasó el debate sobre un nuevo régimen de promoción de la producción y comercialización de semillas y creaciones fitogenéticas, y la derogación de la Ley 20.247.
El titular de la Comisión de Agricultura y Ganadería, Atilio Benedetti (UCR), explicó que hay cinco proyectos en estudio que buscan que “Argentina incremente su potencial productivo, adecuándose a los tiempos presentes”. Benedetti destacó la voluntad de “consensuar una ley que sea consecuencia del debate de todos los sectores involucrados, tanto entidades de productores como representantes técnicos en la materia”.
En la primera exposición, el subsecretario de Agricultura de la provincia de Chaco, José García, advirtió que, en su provincia, “el panorama varietal del algodón es muy pobre, y si bien el registro único de semillas fue un avance, aún contamos con un alto porcentaje de siembra de dudosa procedencia”.
“Estamos a favor del cobro del derecho del obtentor, aunque el Estado debe proteger a los productores pequeños y medianos”, señaló García.
En tanto, desde Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), José Basaldúa abogó por la modificación de la legislación vigente. “Hay que aggiornar la actual legislación a los avances tecnológicos”, puntualizó. Y propuso que se exceptúe al productor del uso propio de la semilla y de la propiedad intelectual, y que se incluya una deducción del 50% de la alícuota del IVA sobre el precio de la semilla fiscalizada.
A su turno, Egidio Mailland, vicepresidente de CONINAGRO, explicó desde su rol de productor que “la actual ley nos genera muchos problemas para usar determinadas semillas del mercado”. Manifestó además que “este debate nos marca en qué país quiero vivir; quiero vivir en un país donde pueda tener la libertad de elegir”.
Por su parte, Gustavo Schrauf, profesor titular de la cátedra de Genética de la Facultad de Agronomía de la UBA, explicó que “la ley debe modificarse para promover la investigación y el desarrollo tecnológico”, primordialmente porque “la producción genética también es una fuente de divisas”.
Con una mirada crítica, Schrauf advirtió que “el 70% de los agroquímicos y semillas están bajo la órbita de tres grandes empresas que dominan todo el mercado mundial y la nueva norma debería considerar esta situación”.
Las comisiones que intervienen en el debate continuarán convocando a especialistas, productores, organizaciones y funcionarios para conocer diversas perspectivas sobre la nueva ley de semillas.